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The Embrace of Acatempan by Hesiquio Iriarte

The Embrace of Acatempan (in Spanish el Abrazo de Acatempan) was an event in the History of Mexico which occurred on February 10, 1821 [1], involving Agustín de Iturbide, commander in chief of the army of the Viceroyalty of New Spain (then under the government of Juan Ruiz de Apodaca) and Vicente Guerrero, commander of the separatist forces. Their embrace marked the reconciliation between the predominantly creole [2] Viceregal army and the army of the insurgency.

Prior events

Following the execution of José María Morelos (insurgent leader between 1811 and 1815, successor of Hidalgo) on December 22, 1815, the insurgency had been dispersed by the Viceroyalty, and open combat had given way to scattered guerrilla warfare, led in Veracruz by Guadalupe Victoria and in the Sierra Madre del Sur by Vicente Guerrero.

After Felix María Calleja was removed from the office of Viceroy in September of 1816, he was replaced by naval officer Juan Ruiz de Apodaca, the captain general of Cuba.

Apodaca implemented a policy distinct from that of his two immediate predecessors, Venegas and Calleja. He offered amnesty to rebels, and his offer was accepted by various prominent insurgents, such as Nicolás Bravo and Ignacio López Rayón. Many refused and continued fighting, among them Guerrero, Victoria, Pedro Moreno, Andrés Quintana Roo, and Leona Vicario. However, Apodaca's policy of amnesty led to a period of relative tranquility in New Spain, lasting until the end of 1819.

On January 1, 1820 in Las Cabezas de San Juan, Andalusia, colonel Rafael del Riego led an armed uprising, demanding that King Ferdinand VII restore the Constitution of Cadiz promulgated by the Cortes Generales in 1812. On May 26 the mayor of Veracruz, José Dávila,

El 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan ( Andalucía, España) el coronel Rafael de Riego se levantó en armas, proclamando que el rey Fernando VII debía jurar la Constitución de Cádiz, que las Cortes Generales proclamaron en 1812. El 26 de mayo el intendente de la provincia de Veracruz, José Dávila proclamó la Constitución de Cádiz. Apodaca hizo lo mismo en la capital el 31 de mayo, provocando con ello protestas y motines.

En México esta noticia tomó por sorpresa a los novohispanos. Se temía que se suprimieran los privilegios del clero y del ejército, y que una nueva época liberal llegara al país. Los criollos, acaudillados por el inquisidor general Matías de Monteagudo y por Apodaca, se reunieron en la Iglesia de la Profesa, y ahí conspiraron y resolvieron separarse de España.

Cuando Guerrero se enteró de la situación, intentó convencer al coronel José Gabriel de Armijo, comandante realista en el sur, de unirse a su movimiento. Armijo permaneció leal al gobierno español. Guerrero intentó nuevamente persuadirlo a través de una carta fechada el 17 de agosto, que le fue enviada a Armijo con el coronel Carlos Moya. [3]

El 9 de noviembre renunció Armijo, comandante de las operaciones en el sur del país, por diferencias habidas con el virrey Apodaca, quien lo transfirió a Sevilla de inmediato [4].

Guadalupe Victoria, por otra parte, se ocultaba en las cuevas de la sierra de Veracruz. De este modo, el frente permanecía tranquilo, pero la captura del líder guerrillero se antojaba casi imposible.

Apodaca, por consejo de Monteagudo, nombró a Iturbide como reemplazo de Armijo, y el 16 de noviembre Iturbide salió de la Ciudad de México y estableció su cuartel general en Teloloapan. Llevaba consigo doce mil pesos oro. [5]

El Abrazo

Iturbide empezó a planificar sus acciones militares, con la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros combates resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las batallas. Se dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como nadie las montañas del Sur, y que en ese terreno sería casi imposible derrotarlos. Comprendió entonces que la Independencia "sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey", como había dicho a un subordinado tras sufrir su única derrota, en el fuerte del Cóporo. [6]

Iturbide empleó pues, una nueva estratagema: escribió a Guerrero pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó terminantemente. Entonces Apodaca envió al padre de Guerrero al campo de batalla para suplicarle que aceptara el indulto. Ante esta situación, Guerrero pronunció su frase más conocida: "La Patria es primero".

Iturbide fue derrotado nuevamente en enero de 1821, por lo que consideró la posibilidad de una entrevista con Guerrero. Le envió una carta, fechada el 25 de enero, en la que le solicitaba una entrevista y le exponía los puntos de su programa político, posteriormente recogido en el Plan de Iguala.

El encuentro se realizó en la población de Acatempan, el 10 de febrero, ante las tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se produjo el abrazo. [7]

Lucas Alamán desmiente esta versión. Según él, Iturbide no logró inspirar suficiente confianza en Guerrero, y éste envió en su lugar al teniente José Figueroa, quien estaba facultado por Guerrero para arreglar todas las las condiciones. [8]

Consecuencias

El 24 de febrero Iturbide proclamó su Plan de las Tres Garantías en Iguala, donde surgió el Ejército Trigarante, que se encargó de marchar por todo el país difundiendo el Plan de Iguala. También, en esa fecha, el sastre José Magdaleno Ocampo, entregó a Iturbide el pendón trigarante, que había sido confeccionado por encargo del coronel. Ahora se celebra ese día como el Día de la Bandera, y a la Bandera Trigarante se le considera el primer pendón de la época independiente.

Poco después, Apodaca fue relevado como virrey y en su lugar llegó Juan O'Donojú, quien sería el último virrey. Iturbide se entrevistó con él en Córdoba, el 24 de agosto, y le hizo ver que la causa hispánica ya estaba perdida y que tenían pocos (menos de la décima parte del ejército) de su lado. O'Donojú comprendió y se suscribieron los Tratados de Córdoba, que dieron fin a la Guerra de Independencia y que reconocían la soberanía de México. [9]

Finalmente, el 27 de septiembre el Ejército Trigarante, con Iturbide a la cabeza, hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México.

Notas

  1. ^ Historia de la Consumación de la Independencia
  2. ^ México a través de los siglos 1889
  3. ^ Historia de México, Ediciones Castillo
  4. ^ Carta de renuncia del coronel Armijo, 9 de noviembre de 1820
  5. ^ Historia Ilustrada de México Vol.1
  6. ^ Los presidentes de México 2001
  7. ^ Lorenzo de Zavala Ensayo Histórico de las revoluciones de México tomo I, págs. 91 y 92
  8. ^ Lucas Alamán Historia de México, tomo V, pág. 92.
  9. ^ Aunque los Tratados de Córdoba reconocían la Independencia, España no lo hizo hasta 1836 con el tratado de Santa María Calatrava

Bibliografía

  • VELÁZQUEZ, Rogelio (2000). Historia de México. ISBN  970-20-0019-X. {{ cite book}}: |journal= ignored ( help)
  • ZÁRATE, Julio (1889). MÉXICO A TRAVÉS DE LOS SIGLOS. {{ cite book}}: |journal= ignored ( help)

Enlaces externos

Abrazo de Acatempan Abrazo de Acatempan